Francisco Cárdenas Cruz
Felipe Calderón
Uno es el ya sobradamente sabido contra la violencia que ha cobrado hasta ahora más de 40 mil muertos y cuyo número podría llegar a multiplicarse en lo que resta del sexenio y a los que ahora se pretende convertir en “mitos”, ante la justa indignación de sus deudos y de la población en general.
Y el otro es el que crece y crece del “¡ya basta de mentiras!” que cada vez se multiplica en más y más sectores de la población, tras escuchar declaraciones, discursos y mensajes de funcionarios federales de todos los niveles sobre
De la violencia hay diarios y sobrados ejemplos sobre lo que ocurre en municipios y entidades en los que los cárteles de la droga han ido ganando espacios, controlando autoridades y sembrando tal grado de terror que, en el caso de los primeros, cada vez suman más los que sus habitantes han ido abandonando, con toda y la presencia de centenares o miles de agentes federales, soldados y marinos, incapaces de impedir secuestros, extorsiones, ejecuciones y mutilaciones o estallidos de artefactos en coches-bomba, inmuebles y vía pública.La segunda marcha por la paz que el escritor y poeta Javier Sicilia encabezará a partir del sábado, de Cuernavaca a Ciudad Juárez, es una nueva, enésima muestra, de ese sentir ciudadano que sigue sin ser tomado en cuenta por las autoridades, más allá de invitaciones a eventos en los que éstas oyen pero no escuchan y que se convierten en torneos de oratoria intrascendente sin que de ellos surjan acuerdos concretos y acciones que eviten que en las entidades federativas sigan esos baños de sangre que se registran a todas horas del día y de la noche.
Y si como lo afirmó ayer el presidente Felipe Calderón, el Ejército y la Marina, que junto con la Policía Federal, conforman las fuerzas de seguridad que desde hace más de cuatro años y medio están en guerra contra el crimen organizado y el narcotráfico, fueran más fuertes que cualquier organización criminal “y que todas juntas”, habría que preguntarse ¿por qué entonces éstas siguen ganando batalla tras batalla, ejecutando y mutilando a miles de personas y aterrorizando y extorsionando a muchas más en un número cada vez mayor de municipios en entidades fronterizas y no fronterizas de la República que hoy por hoy y dígase lo que se diga, son controlados por esos flagelos.
Earl Anthony Wayne
Fue después, cuando refrendó “una profunda convicción que puede ser perfectamente constatable: el Ejército Mexicano y la Marina Armada de México, nuestras Fuerzas Armadas, son más fuertes que cualquier organización criminal o que todas ellas juntas en el país”.
¿“Constatable” con lo que hemos visto que ha pasado y sigue pasando en el norte, centro y sur de la República, en los que los cárteles de la droga avanzan y avanzan a sangre y fuego aún en presencia de miles de efectivos de esas Fuerzas Armadas que han sido movilizados en operativos para presuntamente frenarlos y que no lo han logrado y de lo que Tamaulipas, Chihuahua, Durango, Nuevo León, Nayarit, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Veracruz y Tabasco, son ejemplo?
Podrán el Ejército, la Marina y la Policía Federal –que desde hoy, por decreto presidencial, tendrá también su “día”- ser más fuertes que cualquier organización criminal o que todas éstas juntas, pero que no han logrado ya no se diga vencer, sino ni siquiera evitar que México se siga ensangrentado como hasta ahora.
Lo peor es que no se ve de qué manera, eso puedan evitarlo en los meses que le quedan al sexenio calderonista, en el que los resultados contra la guerra al crimen organizado y al narcotráfico de los que tanto se habla y repite, distan ser los que se aseguran.
Sí, tienen razón los muchos que claman cada vez con mayor fuerza: “¡ya basta de mentiras!”.
De esto y de aquello…Al secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, le está urgiendo tener a su lado a un Rubén Aguilar para que tras cada declaración que haga, alguien explique “lo que quiso decir”, práctica que al ex presidente Vicente Fox le dio más o menos un buen resultado… Eso francamente le evitaría al recién “destapado” candidato presidencial del PAN tener que hacer las aclaraciones pertinentes al día siguiente para, precisamente, explicar qué fue lo que quiso decir… Le ocurrió en febrero pasado, cuando después de declarar que con seis mil pesos al mes, cualquier familia podía contar con crédito para vivienda y automóvil y hasta para pagar las colegiaturas de sus hijos, lo que le valió severas y rudas críticas… Dijo entonces que sus palabras fueron mal interpretadas por los reporteros, a los que, como es costumbre de funcionarios, políticos y empresarios, se suele responsabilizar de pifias verbales… Y después de declarar anteayer a empresarios de San Luis Potosí que “hace mucho tiempo que México dejó de ser pobre”, que provocó una inmediata y airada reacción en las redes sociales que lo obligó a recular… Ayer aclaró que a lo que se refirió en la capital potosina fue a alguna de las clasificaciones del Banco Mundial en la que establece que el nuestro es un país de “media renta”, al reconocer que “México enfrenta un problema de pobreza muy serio que estamos enfrentado, que estamos resolviendo -sic- y que ha sido el motivo principal de la política pública de esta administración”… Agregó que con esa política pública del gobierno federal, “esperemos que poco a poco esta recuperación económica permita que muchas de estas familias que están en condición de pobreza puedan pasar a ser clase media”… Lo que quizá desconozca el joven funcionario o sus colaboradores no le han hecho saber es que la llamada “clase media” en este país dejó de serlo hace varios años, casi los mismos que ha gobernado el PAN… Esos mexicanos que estaban en ella pasaron a engrosar las filas de lo que fue rebautizada como “extrema pobreza” que es la miseria en la que sobrevive más de la mitad de la población…
Carlos Slim
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